SPAGNA
BARCELLONA
Yamini Teresa Prahbu Barretto
Globalización vs Multietnicidad: el reto de permanecer humanos. Entrevista a Yamini Teresa Prahbu Barretto, pianista española nacida en India.
BARCELLONA - Tra i concetti oggi più in voga, ma non per questo fra i più idonei a definire la complessità del mondo attuale, ci sono quelli di "nazione", di "identità nazionale" e di "patria". Enfatizzati e diffusi dalla Rivoluzione Francese, durante il XIX secolo essi servirono più a sostenere le aspirazioni di una classe (quella borghese, che dalla Rivoluzione trasse i maggiori vantaggi) che ad esprimere i reali bisogni della società civile dell'epoca.
All'antico "impero", coacervo di popoli e lingue, religioni e tradizioni, storia e culture, si sostituì la moderna "nazione", in cui i "cittadini" che condividevano uno stesso territorio si compattavano attorno ad alcuni valori chiave, quali stessa lingua, stessa religione, stesso passato immancabilmente glorioso.
Nel corso della storia molti conflitti sono scoppiati laddove i confini politici non rispecchiavano quelli etnici o culturali. Nel 1848-49, una cinquantina di paesi europei vissero la denominata "Primavera dei Popoli", cioè una serie di moti rivoluzionari diretti ad ottenere maggiore democrazia e che, più tardi, porterà alla creazione di stati nazionali (Italia, Bulgaria, Romania, Serbia, Montenegro), principalmente a scapito dei due imperi storici: l'impero asburgico e quello ottomano.
Alle soglie del XX secolo, le spinte nazionalistiche ancora irrisolte si sommarono alle ambizioni espansionistiche delle nazioni più forti (Francia, Inghilterra, Russia e Germania) sfociando nel primo conflitto mondiale. Nel 1918 gli equilibri del Vecchio Continente vennero completamente rovesciati dalle potenze vincitrici, e sui territori dei due ex-imperi, ai quali vanno aggiunti quelli ugualmente sconfitti di Russia e Germania, vennero tracciati i confini di nuovi stati nazionali: Ungheria, Cecoslovacchia, Polonia, Siria, Libano, Giordania, Iraq. L'operazione di stabilire a tavolino i confini di nuovi paesi senza tener conto della plurisecolare commistione di popoli, lingue, razze e religioni presenti al loro interno, avrà disastrose conseguenze nei decenni successivi (seconda guerra mondiale, questione palestinese, guerra serbo-bosniaca, del Kosovo, di Iran-Iraq), dando vita alle ancora irrisolte questioni del fondamentalismo islamico, del terrorismo internazionale e dei rifugiati.
Il XXI secolo richiede perciò una revisione urgente dei termini "nazione", "stato nazionale" e, di conseguenza, "confine". Quali sono le basi su cui oggi ci si può considerare appartenenti ad uno stato nazionale, cioè "cittadini"? La religione ha perso l'egemonia sociale di un tempo e non più considerabile un elemento identificativo condivisibile. La lingua, arricchita dai contributi anglosassoni uniformemente diffusi dai media, nonché dalle integrazioni operate dai flussi migratori, sta perdendo il suo ruolo coesivo ed unificante. Neppure la razza, altro mito dagli echi inquietanti, ha forza sufficiente per garantire, in un mondo sempre più multietnico, l'omogeneità di un gruppo.
Chi può allora essere dichiarato "cittadino" a pieno titolo, e quindi con diritto di voto? Le discussioni sul jus soli in Italia sono solo un esempio della complessità del tema e della difficoltà a trovare soluzioni univoche.
Rinserrare un gruppo o un'etnia all'interno dei confini di una "patria" ha significato sempre escludere una minoranza. La convivenza fra etnie diverse non ha bisogno dell'identificazione ideologica e della creazione di nuove frontiere, ma della comprensione, dell'accettazione e della tolleranza reciproca. Entro qualche decennio, i principi democratici figli della rivoluzione francese e difesi dalla borghesia occidentale potrebbero aprire le porte ad un governo a maggioranza araba o cinese, evento a cui forse non siamo preparati.
La sfida di rimanere umani consisterà nel rinunciare al logoro concetto di una patria idealizzata e forse mai esistita, e nel dare avvio ad azioni generalizzate di comprensione, accoglienza e condivisione, fondate sul rispetto, il dialogo e la tolleranza reciproca, valori irrinunciabili in una società composita e multietnica, e se non vogliamo che il nostro mondo, a parole così civile, pluralista e democratico, sia destinato all'autodistruzione.
Parece que el proceso de extensión del sistema democrático a otros países sea algo absolutamente necesario e imprescindible. Junto con eso va, naturalmente, la implantación del sistema económico occidental, o sea del capitalismo. ¿Como ha vivido tu país este proceso y con cuales consecuencias para su cultura milenaria?
YTPB: En el caso concreto de India, la democracia fue elegida por la gente con el fin de deshacerse del mandato del Imperio Británico. Se llegó a la independencia el 15 de agosto del 1947, un año en el que el capitalismo no estaba consolidado del todo ya que el mundo seguía recuperándose de una devastadora segunda guerra mundial. Como consecuencia de la colonización, India perdió el desarrollo que se dio en el resto de países durante la revolución industrial y por tanto se vio perjudicada a la hora de abastecer a su población. Por esta misma razón se implantó la democracia socialista, que con el cese de la importación y la nacionalización de los bancos, promovió una industria propia muy fuerte y un admirable sistema de educación que todavía se valora hoy día.
India siempre fue una nación comerciante con mucho movimiento de capital. Europa ya conocía la ruta de la seda y de las especias, de las piedras preciosas y los "dhow" que iban de la costa de Gujarat hasta la península arábica. Lo único que ha cambiado en ese sentido es la mercancía: de oro y especias a ingeniería, avances científicos y asesoría financiera. En cierta manera, se podría decir que el capitalismo le ha venido bien al país porque su gente tiene mayor poder de adquisición y con ello se pueden alcanzar sueños y metas que antes estaban al alcance de los privilegiados. En cuanto a la cultura milenaria del país, se puede hablar de la fusión con lo occidental en todos los campos: comida, moda e incluso la ética. Se está viviendo un momento en el que el "saree" convive con los vaqueros.
India es un ejemplo de un país multiétnico en el cual conviven distintas tradiciones culturales y religiosas. ¿Según ti, se ha intentado proteger los valores sobre los cuales en el pasado se basaba cada comunidad, mientras que al mismo tiempo se procuraba desarrollar la sociedad civil según los principios democráticos universalmente reconocidos?
YTPB: La unión de lo tradicional y el desarrollo se ve constantemente en todos los ámbitos cuando se trata de India. Con referencia a su multietnicidad, se ve cómo las propias leyes del país tratan de integrar a toda la sociedad. Por hablar de algo concreto, yo me casé el año pasado y, como alguien que se ha criado en India, soy una persona espiritual. (En India la espiritualidad, que no va ligada a la política, es la base del sistema de valores de la población). Como tal, yo quería una boda religiosa y católica pues fui bautizada y soy creyente y, al encargarme de la gestión y la documentación necesaria, me encontré con el hecho de que India, a diferencia de la España en la que vivo, es un caso único y muy particular. Existen leyes laicas comunes y leyes religiosas (para quienes así lo prefieran) con respecto al matrimonio, la herencia y el traspaso de propiedades. El ciudadano indio puede elegir si prefiere regirse por las leyes de su religión y cultura, que son reconocidas por la constitución, o por las leyes laicas que son comunes a todas las religiones.
Dentro de un imperio, un estado o un territorio siempre han habido mayorías y minorías étnicas. ¿Hasta qué punto es posible la convivencia y cuando entra en juego el sentido de opresión o de falta de reconocimiento?
YTPB: Como ya he mencionado, India es un país muy espiritual, y como consecuencia se tiene mucho respeto por la religión y la cultura, sea mayoría o minoría. Se trata de uno de los pocos lugares en los que no fueron perseguidos los judíos y las minorías encontraban siempre un refugio. Incluso en cuanto a la evangelización, Santo Tomás llegó a India e instauró el cristianismo sin poder imponerse a la cultura del país, más bien lo contrario, los evangelizadores acabaron asumiendo costumbres nuestras! Los zorastros, una de las primeras comunidades religiosas, huyeron de Irán cuando fue ocupada por los musulmanes entre los siglos VII y VII. Se les dio asilo con la única condición de que aprendieran el idioma de la comunidad en la que elegían vivir. Hoy día forman una parte intrínseca de la población que sigue conservando sus costumbres y practica su religión con total libertad. De esta comunidad, que ha proliferado en el país, vienen personalidades como Zubin Mehta y Freddy Mercury.
Más allá de la historia del país, os pongo un ejemplo personal, que es el que más explico a los españoles: yo viví en Bombay hasta los diez años de edad en un edificio de cinco plantas. En la quinta planta vivíamos dos familias católicas y una familia hindú, en la cuarta planta vivían familias que practicaban el sikhismo, en la tercera familias musulmanas y católicas y así hasta completar el edificio. En el festivo típico de cada religión, íbamos todos a casa del vecino en cuestión a participar en la celebración y sus costumbres, y éste a su vez repartía los dulces y platos típicos por toda la comunidad. Al vivir y crecer en un entorno así, al igual que el resto del país, crecí con el interés por otras costumbres y aprendí a valorar otras culturas que a su vez me han enriquecido como persona.
¿Piensas que el arte pueda tener algún papel en todo eso (mediación, conservación y transmisión de valores, denuncia, propaganda, etc)?
YTPB: El arte tiene sus orígenes, de manera universal, en la religión. India, que juega constantemente entre el bando de la tradición y el desarrollo, lo refleja en su arte. Por un lado tenemos el fenómeno pop de "Bollywood" que con sus superproducciones ha nacido del capitalismo y es su máximo representante. Por otro lado tenemos la importancia y el cuidado por el arte autóctono y tradicional en todos sus ámbitos, trátese de música tradicional de India o de pintura, escultura y teatro. Lo tradicional es un tema de orgullo nacional, puesto que se trata de algo que ha sobrevivido a pesar de imperios invasores, la colonización y el capitalismo. En cuanto al desarrollo social y democrático que se ha vivido en el país, el arte se ha usado como instrumento de unión. En la historia reciente, esto ha llevado a la fusión de lo tradicional y occidental, con casos como el de Ravi Shankar y Shakti (un grupo de los máximos representantes de la música clásica de India y John McLaughlin el guitarrista y compositor inglés). También se ha dado esta fusión, de forma muy bonita, entre religiones. Destaca M. F. Hussain, pintor modernista y musulmán, tiene entre su obra más destacada un retrato de la Madre Teresa de Calcutta y una serie de la diosa Saraswati, que siendo la diosa de la sabiduría y el arte es también una diosa hindú.
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Nella foto, la pianista Yamini Teresa Prahbu Barretto.
Daniela De Marchi
(24 settembre 2018)
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